Estación Damasco. Las novelas de espías han evolucionado al son de la evolución de la política internacional. Lejos quedan los tiempos de la primera serie de Le Carré, ambientada en la Guerra Fría y en las cuales, la trama se cocía a fuego lento; con independencia de que hubiera momentos de gran aceleracion. La personalidad de George Smiley ayudaba bastante en ello. 

El mundo convulso que surge tras la desaparición de la Unión Soviética y los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York ha dado lugar a una narrativa diferente, mucho más vibrante. Hemos tenido dos grandes series Homeland y The Americans, sobre todo la primera, en donde el papel del espía cambia sustancialmente. En toda esta narrativa, escrita o visual, hay siempre un componente ideológico importante: la capacidad de enganche permite al autor defender ciertos valores, como los del Mosad en el caso de Homeland o los de los Estados UnidosThe Americans. 

Partiendo de todo lo anterior, Estación Damasco es una excelente novela. Y ademas, es una novela de espionaje. Contiene todos los elementos de una buena novela de captación de agentes, de infiltración en territorio enemigo y de conexión con una realidad, la siria de Bashar al-Ásad. Hay pasión, lujo, pobreza, crímenes, víctimas inocentes.

Pero más allá de todo lo anterior, está muy bien documentada, tanto sobre las barbaridades de Bashar al-Ásad, sus conexiones con Putin y las correspondientes barbaridades hechas por los rusos en territorio sirio, aparece la Mujabarat (la policía secreta siria) y la Guardia Republicana (la principal fuerza militar del país), sobre las infraestructuras de Saydnaya, el matadero humano de exterminio de opositores; las peleas entre los hijos, en definitiva, una novela de ficción que te transporta a una Siria del comienzo de las revueltas de los años 2011/13, que aparenta ser real. Incluso el intento de atentado, totalmente ficticio, tiene un punto de inspiración claro: el que se produjo con un maletín contra Hitler en 1944. 

John Le Carré y David McCloskey, el autor de Estación Damasco, juegan con ventaja para hacer novelas creíbles. El primero fue agente del MI5 británico y el segundo ha sido analista de la CIA. Aunque no fuera agente, aunque saliera de Siria antes de la revuelta, conocia el terreno y ambiento perfectamente las historias de otros que le fueron contando.

Si uno lee la entrevista que le hacen en EL PAIS, se refuerza el elemento de la propaganda que se hace a través del género del espionaje. Y su valoración tan positiva de la CIA, a la que considera una fuerza para hacer un mundo más seguro, llama la atención y, a mí en particular, me pone de mal humor. Sus valoraciones son suyas, la novela es excelente y por eso la he traído al blog. 

 

Estación Damasco

Estación Damasco

Autor: David McCloskey

Traductor: Jofre Homedes Beutnagel

Editorial: Salamandra (2024)

560 páginas


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