El hombre sonriente, de Henning Mankell
El abogado Gustaf Torstensson vuelve de una reunión con un cliente. El cliente es Alfred Harderberg, un magnate industrial sueco que vive en un castillo y que tiene una sonrisa permanente.. El abogado es un abogado sin excesivo prestigio, que presta sus servicios en Ista y que un día se encuentra con este gran cliente con el que sólo hay dos reglas: no se puede fallar, y es poco propenso a recibir negativas de sus empleados. El camino es muy conocido, él lo ha recorrido en multitud de ocasiones pero su inquietud es cada vez mayor.
Se encuentra una silla y una muñeca en medio de la carretera. Será lo último que vea. A los pocos días su hijo, también abogado, va a ver a Wallander a su retiro danés donde se recupera del impacto del caso anterior. Unos días después, este abogado aparece muerto en su despacho. Estas son las dos razones que hacen que Wallander cambie de opinión en el último momento y pida su reingreso en la Policía, cuando tenía preparados para la firma los documentos de su salida.
Ystos son los datos iniciales de “El hombre sonriente”, la cuarta entrega de la serie escrita por Henning Mankel. Una novela de criminalidad económica, de alta tecnología y dificultad extrema en el inicio de la globalización.
Las novelas de Mankell tienen la virtud de enganchar. Los tres crímenes y los dos intentos de asesinatos son elementos puntuales dentro del libro. Su especialidad es la trama que da sentido a la historia, las dificultades en encontrar la línea argumental que pueda llevar a la resolución del caso, las limitaciones de una policía rural como la que hay en Ista, los problemas entre los cuerpos de policía y la fiscalía para seguir el camino pensado para el esclarecimiento; los egos que se ven violentándoos por la personalidad de Wallander y una relación con una nueva agente, Ann-Britt Höglund, en donde lo relevante son los puntos de conexión profesional entre dos agentes, que resulta especialmente gratificante.
Unas novelas, en consecuencia, inteligentes en cuanto al planteamiento y resolución de la trama y austeras en cuanto a los elementos morbosos. Un aspecto este último que le separa radicalmente del autor más leído de novela negra en la actualidad, Jo Nesbø, que se regodea mucho más en todos los elementos del crimen y sus aspectos más gore.
Mankell falleció en 2015. A través de su personaje Kurt Wallander se puede ver cómo evoluciono el mundo desde la caída del muro de Berlín y cómo se desarrollo el crimen organizado. Todo ello desde la comisaría de Ystad, una pequeña ciudad del sur de Suecia, en la comarca de Skania. Y su calidad narrativa hace que sea recomendable seguir leyéndolo.
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